Ha sido una experiencia increíble, un descubrimiento que vivo como un auténtico regalo y estoy muy agradecida por el cariño y la paciencia con que me acogiste y me llevaste de la mano. No tenía ni idea de lo que me podía esperar, desconocía completamente el Seitai y sin embargo entré en la dinámica de una forma muy natural, como un niño que empieza a gatear. He disfrutado cada momento, ha sido una gozada sentir cómo me conectaba conmigo misma, con aspectos muy olvidados, acallados... que pude abrazar, sentirme conectada también con los demás y con todo lo que me rodeaba. La fuerza del entorno, estar en la naturaleza y cómo nos integramos en ella a través la práctica también fueron aspectos muy potentes para mí (recuerdo ese katsugen contigo mientras el sol empezaba a asomarse entre las montañas o aquel otro al atardecer, sintiendo la brisa, la sombra entre las hojas, el sonido del agua...).
Me encantó el enfoque de fusión, de armonía entre lo físico, lo emocional, lo mental... y lo viví de esa manera, con imágenes (algunas tipo psicotrópico, caleidoscópicas...), sensaciones (mi posición en el espacio, calor, etc.) y emociones (de conciliación con algunos duelos o traumas reprimidos, de liberación) intensas durante la práctica. Fue como si afloraran de un lugar escondido, como si salieran a flote de las profundidades y se ubicaran a flor de de piel. El Seitai para mí ha sido sanador y al volver a casa me he sentido más afirmada, libre, serena y feliz, con mayor claridad mental y energía. También me resultó impresionante la respuesta del cuerpo; llegué con una contractura lumbar que me hizo pensar que iba a estar limitada en el movimiento, y al cabo del tercer día, había desaparecido. Se activaron muchas otras sensaciones a nivel corporal y recuerdo por ejemplo la diferencia entre la primera vez que nos sentamos en círculo dándonos las manos y la tensión que acumulaba en los brazos, con el resto de círculos en los días siguientes donde no sentí ninguna tensión, sino ligereza y energía fluyendo.
En cuanto a la filosofía que lo sustenta y aunque solo he atisbado pequeñas pinceladas, me ha fascinado y me parece necesaria en un camino de conciencia. En realidad creo que todo ser humano no podría hacer otra cosa más que incorporarla porque, desde mi humilde e ignorante posición, el Seitai es una vía de conexión directa con nuestra esencia, con la vida. Me he quedado prendada con la disciplina en sí y con tu trabajo y tu sabiduría en particular y estoy deseando explorar y aprender más, así que espero volver, claro que sí. Desde aquí hago el propósito de buscarle el hueco en mi ajetreada vida guiada por el deber, la responsabilidad y el estrés... Es más, hago el propósito de intentar que sean otras cosas las que se abran paso y terminen guiando mi vida : )
- Yelín